domingo, 31 de mayo de 2020

LA EMPANADA

Hace veintipico de años atrás Venezuela se prendió por los cuatro costados, tras un leve aumento de la gasolina durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y que luego, derivó en la pesadilla chavista en la que está sumida el país.
Hoy, no sólo la aumentan sopotocientos por ciento, sino que ahora cuesta lo que cuesta en muchos otros países, hay que pagarla en dólares y de ser la más barata de la tierra, ahora está a "precio internacional".
Aparte, está la gasolina "más barata" o subsidiada para los chavistas, enchufados y otros afines, y para el resto: a pagarla bien caro!!!
No sólo destruyeron la moral y la otrora gran industria petrolera venezolana, sino que saquean el oro del país (que nos pertenece a todos) y se lo llevan de contrabando para pagar a los iraníes y tienen el descaro de decirnos que como la compraron bien cara, debemos pagarla bien cara... y encima, la separan: para ellos y para el resto.
Un "subsidiado" pagará por un tanque de 40 litros Bs. 200.000, es decir UN DÓLAR!!! y el resto que no tenga el carnet de la Patria y que no tenga est "benficio" pagará VEINTE DÓLARES!!!
Desde mañana veremos a miles de personas desesperadas haciendo cola para cargar gasolina a "precio internacional"... y ¿de protestar y quejarse? nada, sólo lo veremos en Twitter...
Aquí no pasa ni pasará nada. Venezuela es un país adormecido, narcotizado (literalmente), sometido, acallado, atemorizado, embrujado, humillado y sodomizado... tristemente. 
Cuando era un niño, el mayor de mis primos (éramos poco más de 30) era un confeso comunista y solía escuchar canciones de la nueva trova cubana y de aquel socialismo trasnochado e incendiario latinoamericano. 
Una de esas canciones se me quedó grabada, la cantaba una mujer (ignoro quien) acompañada por una guitarra. En ella se quejaba de las diferencias entre ricos y pobres (para variar) y criticaba el poder, el autoritarismo del gobierno y su desprecio por el pueblo (como era de esperarse)... 
La letra decía más o menos así: "de vez en cuando, hacían una GRAN EMPANADA y luego, repartían. EMPA para el prefecto... y para el pueblo: NADA!!!

PD: mi primo mayor, hoy apenas si come algo y vive casi en la miseria... pero está feliz. 



martes, 19 de mayo de 2020

La tormenta perfecta


Por muy optimista que sea, no soy de hierro ni ciego, ni sordo, ni insensible. Tenía muchos días sin escribir y hoy, aunque sin mucha inspiración, me provocó hacerlo.

Aunque me baño todos los días en positivismo, hoy amaneci con una gran pesadumbre y con el ánimo bastante bajo. No suelo escribir lo que pienso respecto a lo que vivimos en Venezuela, porque siento que hablar de lo que ya conocemos y tenemos a diario, es como machacarnos mucho más la miseria en la cara.

Hoy, no vivimos… sobrevivimos en un país totalmente desmantelado. Estamos en medio de una parálisis (y no me vengan con el cuento de que es por el COVID19), al borde del colapso total y las soluciones, realmente se ven nuevamente, muy muy lejanas.

Hoy padecemos la falta de prácticamente todo, desde agua hasta electricidad. Desde internet hasta comida. Desde medicinas hasta trabajo. Desde gasolina hasta los medios de comunicación. Hoy, para más, nos despertó un nuevo golpe a la siquis y a la moral: todos los abonados a DirecTV, nos tendremos que guardar el codificador en donde no pega el sol y conservarlo como uno de los últimos vestigios de lo que una vez tuvimos. Desconectados… de todo.

Sobrevivimos en medio de una verdadera tragedia. Sobrevivimos en una sociedad minada de mezquindad, egoísmo y esquizofrenia.

Los que “gobiernan” viven en un mundo paralelo, regodeándose de sus riquezas mal habidas, con todo el confort que les otorga el poder y el control social. Abusando, odiando, torturando y humillando cada día más a un pueblo vapuleado, maltratado, despreciado y totalmente sodomizado.

Los que supuestamente se “oponen” al régimen y “dirigen” un “gobierno paralelo”, viven en un mundo virtual, se limitan a dar declaraciones fatuas y repetitivas en las redes sociales, con un discurso cada vez más vacío, lejano, rallando en lo patético y que dudo mucho, recobre fuerza entre los millones de venezolanos que soñaron en que esta vez sí lograríamos el cambio.

Sobrevivimos en una sociedad en donde cada quien busca conseguir alguna tajada de lo que queda. Hoy, Venezuela es como una jauría de perros hambrientos luchando por un pedazo de pellejo.

Y para rematar, soplan vientos de guerra. Los iraníes están alebrestados, metiéndose en el patio trasero de Estados Unidos con varios cargueros llenos de gasolina y retando abiertamente a los gringos, que de verdad ya uno no sabe qué pensar de ellos. Y lo peor, es que muchos venezolanos esperan con ansias a que no paren los barcos y finalmente, nos llegue el combustible para sobrevivir unos meses más. El país potencia petrolera, fue borrado del mapa y ahora, saquen su oro para pagar el combustible que ya no somos capaces de producir.

Maduro, hiede. Guaidó, hiede. El régimen, hiede. La oposición, hiede. Los militares, hieden. Venezuela, hiede. Los venezolanos, hedemos…

Si no nos agarra el chingo, nos agarra el sin nariz. Qué triste lo que estamos viviendo. A pesar de todo, a pesar de la oscuridad en la que estamos, me sigo aferrando a que después de la tormenta, viene la calma y la luz… pero, no puedo negar que vivimos en una tormenta perfecta que lleva más de 20 años y que por estos días, nuevamente, parece cobrar fuerza.



Antonio Bompart González integra elenco de “Space Sweepers” en Netflix: VENEZOLANO SE ABRE CAMINO EN EL CINE SURCOREANO

Si usted ve la película “Barrenderos Espaciales” en Netflix, quizás no se entere que el abogado que niega el permiso a la nave donde trabaja...