Henry tiene 56 años y vive en Guarenas, una ciudad
satélite a 38 kilómetros al este de Caracas. Y todos los días, bien temprano,
sube por la autopista a Caracas junto a miles de personas más, que vienen a trabajar,
estudiar o hacer diligencias. Y como tantos que viven allí, se regresa a casa
con luz de día –de ser posible- para evitar los peligros en la vía, causados
principalmente por la delincuencia.
Mi moto, es un tipo tostado por el sol, de ojos grandes y
una sonrisa franca. Es atlético y musculoso, y además, juega tenis. Es un
verdadero apasionado del llamado “deporte blanco” (aunque ya de blanco sólo
queda el torneo de Wimbledon). Cuando habla de tenis, le brillan los ojos, se
emociona, gesticula, se mueve tal y como corre en la cancha, vibra narrando sus
jugadas, triunfos y derrotas. Como buen tenista, dice que llegar de segundo es
perder y feo. Habla constantemente de sus ídolos, los monstruos Federer, Nadal
y Djokovic, asegurando que nadie podrá igualarlos nunca.
Mi moto, juega dobles, representando al equipo del Parque
del Este, conformado –como él- por gente sencilla, llana, trabajadora… gente
común y corriente, que practica en una cancha pública. Y con toda su humildad, mi moto compite y se codea en la cancha
con jugadores de clubes privados, elitescos y ricos de la ciudad.
Mi moto me cuenta que muchas veces ha sentido que sus
contrincantes y hasta el público, cuando se presentan en la cancha, los mira como los pobrecitos del torneo, con
cierto menosprecio, como los tierruítos que juegan tenis. Y dice que muchas
veces la gente se sorprende que unos motorizados practiquen este deporte.
Y yo me pregunto: ¿por qué pasa esto?, ¿por qué la gente
humilde y sencilla no puede o no tiene el derecho a jugar tenis, golf u otros
deportes considerados para ricos? ¿hay algo más masivo, unificante e inclusivo que
el deporte?
Esto es un reflejo de la sociedad en que vivimos y es por
ello que muchos luchamos para conseguir que todos tengamos los mismos derechos
(y deberes) para con el país y que todos los ciudadanos tengamos las mismas
oportunidades y obligaciones para tener una nación próspera, digna, segura y
que brinde protección y un mejor futuro a sus habitantes.
Mi moto juega tenis, sí. Me habla con pasión de sus
partidos, pero también me cuenta todo lo que sufre y padece para llevar el pan
a su casa, para pagar las facturas, para tener un servicio médico y de salud.
Habla del gran Nadal y de lo caro que está la comida o lo que cuesta un caucho
para la moto.
Habla del poderoso Federer y de lo imposible que es
conseguir lo básico para subsistir o del matraqueo y persecución constante que sufre a manos de
la policía. Habla del portento de Djokovic y con nostalgia, de cómo se vivía
antes, en la otra Venezuela que le permitió comprar un carro, su apartamento de
Guarenas, cuando se daba el lujo de cambiar su moto por otra último modelo.
Cuando en diciembre podía hacer sus hallacas y tomarse unos traguitos sin mayor
problema.
Mi moto es de esos millones de venezolanos que han visto cómo
su poder adquisitivo se ha ido deteriorando y hoy, está prácticamente por el
suelo. Mi moto está entre esos millones de venezolanos que hoy se sienten frustrados
y que no ven un futuro mejor para sus hijos y nietos.
Mi moto es de los que habla pestes de la revolución, de
Maduro, del chavismo… pero creo que es de los millones que creyeron y votaron
por aquel Chávez encantador de serpientes que les prometió villas y castillas,
y les cambió espejitos por la riqueza y tesoros del país, que secuestró la
libertad y la prosperidad de Venezuela, humillando, manipulando y postrando al
pueblo a su servicio y placer.
Mi moto, es un tipo que le echa bolas al trabajo, que se
juega la vida todos los días en las calles de Caracas, bajo un sol
inclemente, lluvia y frío. Que lleva una pila de papeles, carpetas y sobres en
su viejo maletín de cuero. Un tipo que guerrea la vida tal como corre y batalla
en la cancha, acalambrado y adolorido, alerta, apasionado y cuyo único objetivo
es alzar una copa y ser campeón de la liga.
Por él y por muchos motos decentes más, es que debemos
seguir luchando por conseguir que este país cambie para mejor, que este país
sepulte de una vez por todas a la mal llamada “revolución bonita”, y que juntos
logremos escribir la verdadera historia de la quinta República que trajo la
destrucción y el saqueo de esta gran nación.
Que juntos, podamos construir un nuevo país, en el cual
todos tengamos las mismas oportunidades, derechos y deberes, en el que todos podamos ser felices y disfrutar de una vida digna. Un país en que
todos podamos jugar sin menosprecios, miradas escondidas y sonrisas falsas, y alzar con orgullo el trofeo que ganamos con mucho esfuerzo.
Henry, es el primero de la izquierda. |
Muy bueno ejemplo
ResponderBorrarMuchas gracias. Ojalá sea ejemplo para todos... un cordial saludo!
ResponderBorrarMuy bueno tu artículo Alfredo. Excelente. Y si, todavía hay gente decente en este país. Ojalá se cumplan tus deseos que son los mismos de todos los que aún estamos en este país, con la esperanza que las cosas mejoren. Amén!
ResponderBorrarGracias Rosa. Y sí, todavía existe mucha gente decente en este país y estoy seguro que nuestros deseos se cumplirán, pero todos tenemos el deber de hacer que se haga realidad. De nada nos sirve estar encerrados en casa quejándonos. Una forma de hacer es compartir este artículo para que el mensaje llegue a cada vez más personas. Mil gracias. Saludos!
BorrarAmén amigo bello, siempre tus historias nada inventadas sino verídicas llegando a lo más íntimo de mi ser, llenándome de tristeza pero a su vez de esperanzas de que esta pesadilla llegue a su final y veamos la luz de nuevo en nuestra amada Venezuela... Amén, Amén, Amén!
ResponderBorrarAmén amigo bello, siempre tus historias nada inventadas sino verídicas llegando a lo más íntimo de mi ser, llenándome de tristeza pero a su vez de esperanzas de que esta pesadilla llegue a su final y veamos la luz de nuevo en nuestra amada Venezuela... Amén, Amén, Amén!
ResponderBorrarHola Bella... lamento no saber quien eres, pero sé que nos conocemos. Me alegra mucho que te agraden mis historias y que calen en ti y en quien las lee. Debemos alejar la tristeza y enfocarnos en lo positivo del mensaje: debemos trabajar juntos para acabar con esta plaga y construir el país que queremos y nos merecemos. Saludos!
ResponderBorrarMi moto...
ResponderBorrarEse sí qué es un tipazo
Un buen pana, un buen amigo
Y de eso soy testigo
Porque lo vivo en su abrazo
También es mi compadrazo
Noble y sincero, caray!
Siempre nos vemos "poray"
Cantando o en un concierto
Tu moto" vive en su acieto
Es mi Amigo, Henrry Estay
W.M
Así mismo es W.M. Gracias por tu muy buena rima, y es correcto: un tipazo, noble y sincero! y cierto, olvidé lo de sus dotes musicales... Un cordial saludo!
BorrarExcelente su artículo Alfredo Graffe. Mi moto es la realidad de muchos Venezolanos que día a día se ganan el pan en 2 rueda ojalá y esto le sirva a muchos que vea que todavía heciste gente honesta y con humildad Henry Estay es un ejemplo a seguir Su Perseverancia y diciplina le a dado su frutos entregado a su trabajo y sus deporte También es un gran jugador de pim pom
ResponderBorrarAsí es, muchos muchos muchos venezolanos que trabajan duro y con honestidad para ganarse el pan en dos ruedas. Gracias por tus palabras. Y lo mejor que podemos hacer, por todos nosotros y por el país, es compartir este artículo con nuestros amigos, familiares y contactos... debemos trabajar por dejar la negatividad y transmitir lo positivo. Muchas gracias!!!
BorrarYa lo creo que hay gente buena y decente en ese gran País! Tu moto es buen ejemplo de ello. Ese país que acogió a mi familia y donde pasé unos años maravillosos! Parte de lo que soy se lo debo a Venezuela, y a lo vivido y aprendido con mis amigos de entonces. Por todo esto me duele lo que se está viviendo ahí. Ese gran pueblo no se lo merece. Ojalá y esta pesadilla acabe pronto! Un abrazo Alfredo!
ResponderBorrarMil gracias mi querida Montse... Este país ha marcado nuestras vidas y lo que hoy somos. Y gracias a Dios por permitirnos vivirlo y aprenderlo. Yo estoy convencido que más pronto que tarde saldremos de esta pesadilla. Lo complejo será reconstruir, pero lo lograremos!!! un beso sincero y gracias por leerme y seguirme!
ResponderBorrar