Semanas atrás, aprendí que, frente a un problema,
enfermedad, preocupación, un disgusto, cuando estemos deprimidos, sumidos en
una tristeza, nos sintamos traicionados por alguien, nos agobie el estrés, o
simplemente, que algo no nos deje estar tranquilos, vale preguntarnos: ¿Cuántos
panes tengo?
No es que al formular la pregunta, enseguida nos traerá
la solución. Al hacerlo, comenzaremos un proceso de sanación del problema, nos
permitirá reflexionar, nos ayudará a ver las cosas de otra manera o punto de
vista, y nos abrirá una puerta que no veíamos o que pensábamos imposible de
abrir, para finalmente, conseguir la solución, lidiar mejor con el problema y,
por ende, sentirnos mejor, aliviarnos, quitarnos el peso de encima.
Antes que llegara el bendito Covid19, tuve la gran dicha de participar por primera vez, en una misa de sanación. Y ¡qué
experiencia tan maravillosa!
Fui con un grupo de buenas amigas y colegas de la
universidad, con la intención de ayudar y orar por la salud de una de ellas. Al
final, todos salimos renovados. Esta verdadera fiesta energética, nos ayudó a
sanar algo que no estaba bien en cada uno, un mal físico, espiritual, de
pareja, trabajo, familiar...
Si todos los curas interpretaran la palabra de Jesucristo
como lo hace el padre Pedro José Guerra, de la Parroquia "Jesús
Obrero" de Guarenas, las iglesias estarían siempre abarrotadas, la
participación activa y las manifestaciones de fe serían muy distintas, más
espontáneas, sinceras, verdaderas y mucho más humanas.
Aquel día, la lectura del evangelio correspondía al milagro
de Jesús, conocido como la multiplicación de los panes. Y durante casi dos
horas de sermón, el Padre Guerra cautivó con sus palabras y nos hizo entender
lo que Jesús quiso decir realmente con su: ¿Cuántos panes tienes?, multiplicando
los siete panes y peces que había en unas canastas y alimentando entonces a una
multitud de personas.
Nos envolvió de tal forma con sus palabras y
explicaciones, que al final pedíamos al Padre que siguiera. Nos dijo que la
multiplicación de los panes y peces, era un mensaje de Jesús para que
aprendiéramos cómo enfrentar y resolver los problemas. Y de eso trataba tanto
la lectura, como la actividad de sanación: de sanar un problema, sin obviar,
claro está el poder de la oración y la fe. ¡Y resultó tan sencillo!
Cuando algo nos agobia, solemos preguntarnos o echar de
menos lo que no tenemos: ay, cuando éramos novios, él era muy cariñoso conmigo…
cuando era joven, yo saltaba y corría por todas partes, hacía y comía de todo…
antes de llegar el nuevo jefe, en la oficina todo andaba de maravilla… ¿cuánto
hemos perdido desde que llegó el chavismo a Venezuela?...
Siempre, extrañamos o evocamos lo que no tenemos. El
Padre Guerra nos enseñó que de nada sirve pensar en lo que ya no tenemos, eso
nos hace mucho más daño, nos frustra, nos debilita, nos acaba… Y debemos hacer
todo lo contrario: enfocarnos en lo que tenemos y cómo resolverlo con eso…
¿Cuántos panes tengo?
Si nos concentramos en lo que tenemos, conseguiremos una
solución. Si son sólo cuatro cosas, pues una de ellas o uniéndolas todas, nos
ayudará a salir del problema. Hoy ¿mi salud está afectada?, pues tengo vida,
médicos, familia, alternativas de curación, fuerza interior… ¿no tengo dinero?,
pues tengo manos, ingenio, amigos, experiencia en algo, alguna herramienta… ¿mi
matrimonio está mal?, pues aún estamos juntos, tenemos una familia, una casa,
una vida juntos, tenemos tiempo para resolverlo, mi prima conoce a un
terapista…
Es mejor pensar en cuántos panes tengo y no en: me voy a
morir, ya todo se acabó, mi enfermedad es incurable y ya nada se puede hacer…
lo poco que gano apenas me alcanza, antes podía viajar, comprar lo que quería…
las discusiones con mi pareja ya me agotan y son un círculo vicioso, ya nada es
igual. Si nos enfocamos en los panes que tenemos, podemos salir adelante y
sanarnos.
¿Estás harto, obstinado del encierro, de la cuarentena?,
pues entonces ¿cuántos panes tienes? Cálmate, busca qué hacer y todo pasará
mejor… arregla esa gaveta que tienes años esperando que le metas mano, haz
ejercicios sobre el pedazo de alfombra que tienes guardada, pinta con los
pinceles y temperas que tienen años llevando polvo, habla con tu familia, tus hijos,
tus amigos, con tus vecinos desde el balcón… escribe, canta, ora y pide a Dios
te de paz, paciencia y tranquilidad, respira profundo, escucha música, lee, …
OCÚPATE, deja de preocuparte y de pensar en el hastío.
Pregúntate: ¿cuántos panes tienes? y conseguirás la
solución… ¡Feliz cuarentena mundo!
Sí! Toda la razón! La vida es aquí y ahora. Comparto cada una de tus palabras. Que experiencia más buena lo de la misa de sanación. Nunca he aaistido a una, supongo que se tiene que salir totalmente renovado. Ánimo que saldremos de ésta, con el favor de Dios. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias Montse querida... y así es, aquí y ahora. Es lo que nos ha tocado vivir y debemos aprender... Cuando todo vuelva a la normalidad (que nada será igual de ahora en adelante, sino diferente y nuevo) intenta ir a una misa de sanación, que dependiendo del cura pues... el que me tocó a mi fue maravilloso. Besos
BorrarMi británico siempre dice: count your blesings. Eso hago yo a pesar de todo. Si pongo en la balanza las cosas buenas siempre son más que las malas. Y yo no me aburro en mi casa ni me siento enjaulada, estoy acompañada por mi esposo que me anima, mis plantas, ver desde la ventana de mi cocina a los pajaritos peleando por la comida que les pongo, buscar nuevas recetas (qué yo no puedo comer) y subirlas en mi blog o la página Cookpad donde tengo más de 1.800 seguidores. Cachifear algo, las redes sociales, etc. No soy católica, creo en Dios y en él confío. Pero me gustaría asistir a una de esas misas de sanción. La próxima vez, Dios mediante, me avisan que los acompañaré.
ResponderBorrarAh, se me olvidaba,! Mi gatita Mishina, mi fiel compañerita, también parte de mi vida.
BorrarMi Rosa querida... y esa frase que siempre dice Johnny es más que cierta y ajustada. Es lo mismo del ¿cuántos panes tienes?. Yo en casa, estoy igual que tu. Ciertamente somos afortunados y en cierta manera, privilegiados. Todos los días me ocupo y le doy gracias a Dios por estar vivo y tener los panes que me dio... Y CLARO!!! irás con nosotros a la próxima... es toda una experiencia, más allá de lo religuioso... como lo dije en mi nota: energético!!!
BorrarMe encanto!!!! Gracias por escribirlo y conpartirlo
ResponderBorrarGracias a ti por leerlo y por tomarte unos segundos en escribir tu comentario!!!
BorrarTodavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, por favor comuníquese con el Dr. ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com también puede llamar o WhatsApp +2348052394128
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